Historias de colectivo II

Mi día empezó tranqui. Me desperté a las 10, había decidido dormir un poquito así a la noche me quedaba repasando matemática. En casa no había nadie, asique desayuné un yogurth con cereales muy tranquila leyendo el diario (si, leo el diario todas las mañanas). Estuve en la pc un rato y me llama mi mamá diciéndome "Paula, traeme las zapatillas porque se me rompieron las botas, no te olvides". Y pensé "no me las voy a olvidar". Se hizo la hora de ir a tomar el colectivo, caminé las 5 cuadras que me separan de la parada, paré en un kiosco, me compré unas rueditas (que ricas son!) y esperé a que llegue el colectivo. No me pregunte cómo, pero de repente me acordé de las zapatillas de mi mamá, que obviamente me las había olvidado. Dudé en volver a mi casa, pero pensé en mi madre y volví. Hice lo más rápido que pude... Todo el tiempo miraba el reloj, porque si perdía el colectivo no sólo llegaba tarde a la facultad, sino que me quedaba sin comer! Entonces volví a la parada lo más rápido que pude, mientras lidiaba con los zapatos que se me salían... Finalmente, llego a la parada preocupada por el maldito colectivo. Y después de que pasaran dos, de los cuales ninguno me llevaba, lo ví venir... A lo lejos vi que tenía el cartel rojo con una S grande que dice "x autopista, x liniers", y encima estaba vacío! Genial, supuse que era mi día de suerte!
A la altura de Liniers, sube una mujer... vieja mejor dicho. Se sienta y pasa desapercibida. Al rato, sube otra persona al colectivo que se sienta al lado de la vieja... Pero la vieja le dice: a ver, antes de sentarte abrime un poco la ventana. Pobre señor no entendía nada! El señor, muy educadamente abrió la ventana, pero la vieja le dijo "espere que me paro". Entonces, la vieja se paró y se fue para el fondo (donde estaba yo). Se pone al lado mio, y en mi mente pasaba "te va a pedir el asiento". No se si fue porque mi cara de orto es terrible, pero le pidió el asiento a otro señor. Este se levanta y se va a otro asiento (como dije antes, el colectivo venía vacío). Y la vieja mpeiza a pedirles a todos que abran las ventas "por la humedad". Y la humedad dónde estaba? La miré mal, abrí la ventana un poco, porque no me molestaba. Y después me di cuenta la verdadera razón por la cual la vieja quería que abramos las ventanas: emanaba un olor a pis increíble! Era intolerable... a menos que tengas la ventana abierta!
Luego, lluegué a destino, estaba mi mamá y mi hermana esperándome para ir a comer juntas. El día en la facultad fue aburrido, las clases de informática no tienen utilidad. Cuando mi compañera V y yo decidimos irnos antes de que termine la clase, que se había puesto MUY densa, creí que iba a tomar el mismo colectivo de siempre... Pero no! Llego a la parada y después de 3 minutos, pasó el colectivooo! Llegué más temprano a destino y encima me vi con mis amigas, que las extrañaba muchisimo!